viernes, 12 de septiembre de 2014

                          ¡Se acabaron los problemas en la escuela!                                    Método moderno para aprender el Abecedario


jueves, 11 de septiembre de 2014

Los quejosos nuestros de cada día...

Quejoso A: - UF, no sabés como pesan estas bolsas, me están matando la espalda.
Uno: - Dame algunas, dejame que te ayude.
Quejoso A: -No, dejá, ¿para qué? Si ya me reventé la espalda no tiene sentido.

Quejoso B: - Es un vago. Yo todo el día ocupada de aquí para allá y cuando vengo, está                          todo tirado. No le importa nada. Ya estoy harta.
Uno: -¿Le dijiste que levante, que ordene lo que usa? 
Quejoso B; -Ni me molesto, no entiende, Tampoco le importa que yo me sobrecargue. Esto va a ser siempre así.

Todos tenemos algún quejoso compulsivo conocido, es esa persona que más allá de lo que realmente pase, necesita quejarse. Y vos te encontras intentando ayudar en vano porque no quiere una solución, se siente indignado/a y va buscando adeptos con sus quejas para acrecentar su malestar. ¡No lo intentes! Cada propuesta de ayuda y solución al asunto en cuestión va a ser desestimado; ellos actuán como si vos realmente no tenés idea de la gravedad de la cuestión. Y, si en un acto de coraje y osadía te metés a resolver el problema (porque te diste cuenta que hay soluciones al alcance) te metés en un problema y vos pasás a ser parte de sus quejas.
Admitámoslo, los quejosos compulsivos no quieren respuestas ni resoluciones, solo se quieren "quejar" y meterte en la indignidad del asunto.
Lejos de analizar los porqué de esta actitud, personalmente el que no quiere verse salpicado por esto puede tomar distancia, escuchar solo una vez la queja y luego tomar distancia. Si no podés alejarte (por ejemplo si estás solo con un quejoso en un ascensor que se dirije al piso 98) podés dejar la caripela mientras tu mente viaja a lugares preciosos como playas, parques, y disfrutar de esas imágenes mentales. Por último podrías cortar el discurso prenguntando: -¿Qué vas a hacer al respecto?. Esto hace que tal vez pueda salir del papel de víctima y que asuma la responsabilidad del asunto.. o calle momentáneamente o para siempre. Sé inteligente en preservarte, si no podés ser parte de la solución no hace falta que actúes como un recipiente de toxinas quejumbrosas.

martes, 9 de septiembre de 2014

Dádivas

Gracias Padre Amado
porque te pedí una casa 
con árboles frondosos;
Y me diste un hogar 
a la sombra 
de tu poderosa presencia.

Te pedí comodidades,
simplificaciones
en las interminables jornadas;
Y me diste ánimo y fortaleza
para acabar con eficacia
cada una de mis tareas.

Te pedí poder acceder
a todo lo terrenal:
progreso, lujo y confort;
Y me diste acceso
al maravilloso mundo espiritual
que lo satisface TODO.

Te pedí afectos, amistades
junto al reconocimiento
de la sociedad;
Y me diste Tu Gran Amor
reconociéndome como hija
en Tu Reino Celestial

Eva Guiragossian